“La primera noche fue la peor. No pudo conciliar el sueño sin él, sin sus caricias, sin las buenas vibraciones que siempre había recibido, sin la relajación que seguía a sus largas conversaciones. Al día siguiente, ojerosa, bajó al desayuno, pero no consiguió comer nada. Así estuvo vagando, como alma en pena, más de diez días. Hasta que pudo hablar con su abogado y contarle sus problemas y sus necesidades. Y su abogado le dio ánimos, le dio esperanza y, sobre todo, le redactó un escrito solicitando a la dirección del Centro Penitenciario que le permitieran disfrutar de su fría pasión una vez más.
Ay noooo. Sin el amigo más fiel! 🤣🤣🤣